Nombre: Andrew Crossley
Sitio web: www.andrewcrossley.com
1. ¿Cómo describirías el tipo de música que haces?
Hago ejercicios con sonido. Estos ejercicios pueden ser personales o pueden ser ejercicios que se hacen entre muchas personas, y su propósito es descubrir qué pasa cuando escuchamos, qué pasa cuando hacemos sonido con otros, y qué nos pueden enseñar esas actividades sobre el mundo y sobre nosotros mismos.
2. Si tuvieras que utilizar categorías de género para describir tu música, ¿cuál utilizarías?
Hay dos tradiciones a las que se acerca mi música. La primera de ellas se conoce como música conceptual. A diferencia de otros tipos de música, la música conceptual no empieza desde el sonido o desde preguntas y problemas musicales. El material de la música conceptual son las ideas y los conceptos. Esas ideas y preguntas pueden ser muy sencillas (como por ejemplo, ¿de qué está hecho un sólo sonido?) o pueden ser más complejas. El propósito de la música conceptual es que el músico (y también la persona que escucha) se haga preguntas que van más allá de lo que se escucha en la pieza.
La otra tradición es conocida como “Deep Listening” o “Escucha Profunda”. Ésta es una corriente iniciada por la compositora Estadounidense Pauline Oliveros, y su propósito es escuchar el sonido de una forma más profunda y atenta que lo que estamos acostumbrados a hacer. Cuando escuchamos una pieza musical escuchamos melodías, armonías y ritmos, y sabemos que esas cosas en conjunto crean música. Pero a lo que tal vez no le prestamos mucha atención es al acto de escuchar en sí. ¿Cómo se siente escuchar? ¿Qué pasa en mi cuerpo cuando escucho? ¿Cómo cambia mi manera de escuchar al mover mi cuerpo? Hay muchísimas preguntas que nos podemos hacer acerca de la actividad de escuchar sonido y la Escucha Profunda busca crear oportunidades para hacer esas preguntas.
3. ¿Qué tipo de sonidos te gusta utilizar cuando compones?
Me gusta utilizar todo tipo de sonidos, pero vuelvo muy seguido a sonidos largos y graves, a menudo producidos por instrumentos de cuerda.
4. ¿Por qué esos sonidos son tus favoritos?
Un sonido grave y sostenido tiene mucho que ofrecer cuando lo escuchamos por mucho tiempo. Por ejemplo, un sonido muy profundo crea vibraciones que se sienten más fácil con el cuerpo, y contienen además muchos otros sonidos y frecuencias que podemos percibir cuando fijamos nuestra atención en ellos.
5. ¿Cómo creas una idea inicial para una composición? ¿Utilizas un proceso similar cada vez? ¿O siempre es diferente?
Paso mucho tiempo escuchando y leyendo. Tener siempre una mente abierta y un oído curioso es la mejor manera de inspirarse para hacer una composición. No tengo un proceso fijo, pero me ayuda imaginar el momento en el que se tocará una composición (¡aunque todavía no exista!) y hacerme muchísimas preguntas sobre lo que imagino. Estas preguntas no son necesariamente sobre lo que se va a escuchar, sino otras cosas como: ¿Qué quiero que ocurra? ¿En dónde? ¿Qué me gustaría que mi composición te haga pensar o preguntarte? Cuando tengo respuestas más o menos claras a esas preguntas es más sencillo pensar en cómo lograr lo que quiero con sonido.
6. ¿Cuáles compositores/músicos son los que te inspiran?
Pauline Oliveros, John Cage, Éliane Radigue, Jonathan Harvey, Jorge Torres Sáenz, José Maceda, Horațiu Rădulescu, Yoshiaki Onishi, Giacinto Scelsi, Andrés Nuño de Buen, Ellen Fullman, Rolf Hind, Ramūnas Motiekaitis, Jay Schwartz, John Godfrey, Frances-Marie Uitti, Charlie Sdraulig, entre muchísimos otros.
7. ¿Por qué la música de estos compositores te llama la atención?
Algunos de estos compositores son grandes figuras en la historia de la música, y otros son amigos y colaboradores que he tenido la fortuna de conocer a lo largo de mi carrera. Cada uno de ellos me ha enseñado algo, y me han invitado con su trabajo y su ejemplo a hacerme preguntas que nunca me habría hecho de otra manera.
8. ¿Podrías escoger una sección corta de una de tus propias piezas y describir cómo la creaste?
Esta es una sección de mi pieza “Koan #2”. La partitura de esta pieza es un texto que dice: “Toca o escucha un solo sonido. Detente cuando hayas escuchado todo lo que contiene.” Aunque tal vez parece que en esta sección no ocurre mucho, hay muchas decisiones que se tuvieron que tomar para llegar a lo que se escucha. El instrumento que escuchamos es un instrumento que yo mismo diseñé y construí, que consiste de una cuerda muy gruesa de piano que se extiende sobre una caja de madera, y junto con la cual se extienden otras diez cuerdas de guitarra que vibran simpatéticamente con la cuerda principal. Ya que mi propósito era explorar un solo sonido por un largo tiempo y examinar cómo éste se va transformando, diseñé un instrumento que me permitiera controlar muy exactamente todos los aspectos de lo que escuchamos en ese sonido. Gracias a las cuerdas resonantes, es posible colorear el sonido de diferentes maneras, o de resaltar algunas de sus cualidades que normalmente serían más difíciles de percibir.
Este instrumento se toca con un arco de violín o violoncello, y ahí aparecen nuevas decisiones, ya que la manera en la que frotamos la cuerda producirá distintos resultados. Por ejemplo, si frotamos cerca del puente, escucharemos un sonido más metálico y con parciales más disonantes; mientras que si frotamos la cuerda sobre la boca del instrumento escucharemos un sonido mucho más resonante y rico en armónicos consonantes. En esta pieza es importante prestar mucha atención a cómo se frota la cuerda, con cuánta intensidad, y qué rapidez se le da al arco, y se intenta llevar a cabo una transformación muy lenta y controlada entre muchas formas distintas de tocar.
Por último, esta pieza utiliza la tecnología para explotar aún más lo que nos es posible escuchar en un solo sonido. La computadora recibe el sonido del instrumento y lo analiza en tiempo real para producir una lista de las frecuencias que lo conforman. De esa lista puedo ir tomando ciertas frecuencias y notas que me gustaría que se escucharan más y las amplifico por medio de resonadores virtuales, los cuales ubico en diferentes puntos del auditorio con la ayuda de un sistema de ocho bocinas. De esta manera, si el público se va moviendo por el auditorio, irán escuchando diferentes colores de la nota original en diferentes esquinas del auditorio.
9. ¿Qué intentabas transmitir al oyente en esa sección?
Me gustaría que la persona que escucha se dé cuenta que dentro de algo que parece ser muy sencillo podemos encontrar muchísimas cosas, siempre y cuando escuchemos con mucha atención: movimiento, transformación, drama, nuevos mundos… ¡Las posibilidades son casi infinitas!
10. Si tuvieras que dar algún consejo general a alguien que va a empezar a componer una pieza ¿Cuál sería? ¿Qué es lo más importante de tener en mente cuando alguien está componiendo?
Tengo dos consejos muy generales. El primero es que hay que hacer muchas preguntas, sobre todo lo que se nos ocurra. Aún si hay cosas que crees que ya sabes muy bien, o que ya quedaron como querías, vuelve a examinarlas y cuestionarlas; nunca supongas que ya sabes algo, porque eso te vuelve menos curioso y reduce tu aprendizaje.
El segundo es que hay que recordar siempre que la música y el arte son para compartirse; que son actividades que hacemos con la gente que nos rodea y que nos acercan más a ellos. Mi consejo es que si estás creando una pieza musical busques maneras de experimentar haciendo sonidos con tus amigos, con tu familia, con tu perro, con los pájaros en tu jardín… Aún si hacer eso no te da ideas concretas que puedas utilizar en tu pieza, te ayudará a profundizar tu relación con el sonido, con la gente que te rodea y con tu entorno, y eso tendrá un efecto muy fuerte en cualquier cosa que hagas.